El fuego ha sido durante mucho tiempo un compañero fiel del hombre, el tema de la adoración de culto y una parte integral de cualquier hogar. Gradualmente fue reemplazado por fuentes alternativas de calor y luz. Y la antigua conexión mágica fue interrumpida. Ahora, el fuego abierto regresa a nuestras casas en forma de estufas y chimeneas. La presencia de un fuego vivo en la vivienda lleva no solo la estética, sino también una función práctica: como fuente de calor y un elemento de purificación y calma de la mente. ¿Cuál de nosotros se negará a sentarse junto a una chimenea crepitante, en un acogedor ambiente hogareño, viendo el baile ardiente del elemento ardiente??