La turba es indispensable para suelos pesados, los hace más ligeros, sueltos y aireados, proporcionando raíces con nutrición de oxígeno. Para el mismo propósito, se recomienda agregar aserrín del cálculo a las camas: no más de la mitad del cubo por metro cuadrado, necesariamente procesado por urea para evitar una reducción en la concentración de nitrógeno.