Por lo general, el trabajo estaba bajo el control de las mismas juntas que concluyeron contratos, y en casos excepcionales del Ministerio del Interior, para el cual se llevaron a cabo tres tipos de exámenes, «evidencia»: urgente, repentina y final final. Se llevaron a cabo «certificados» urgentes, dependiendo del grado de importancia de la construcción, una vez al año o una vez cada dos años.