A menudo, al reparar su propia vivienda, el consumidor tiene la necesidad de desmantelar la vieja masilla de las paredes para preparar adecuadamente las paredes para una mayor decoración. En este caso, es más fácil suavizarlo con una solución de almidón, y luego retirar con cepillos de metal, espátula o cualquier otra herramienta similar. Sin embargo, este método no siempre es bastante efectivo. Por ejemplo, si una capa de masilla vieja es bastante gruesa, entonces tal técnica puede no traer el resultado deseado.